6 razones por las cuales el terrorismo no es una profesión rentable en RD
La mayoría de los países del mundo en algún momento de su historia llegaron a un punto, donde porque sí, a la gente le da con meterse a terrorista. Esta profesión ha ganado particular auge en los últimos años por diversas razones las cuales, realmente no vienen al caso pero ciertamente, está de moda dejarse crecer la barba y poner bombas.
Sin embargo, hoy en KeDificil veremos las 6 razones porqué el Terrorismo no es una Profesión Rentable en RD. Lo que explica en cierta medida que el único dominicano terrorista que han agarrado hasta ahora, tuvo que irse del país a ejercerla.
6. El romo barato.
Al parecer, uno de los requisitos indispensables para ser terrorista es estar fundido en ideas y profesar una religión que prohíba el consumo de alcohól para mantenerse sobrio en su futura misión y sus 72 vírgenes que le esperan en el cielo.
En un país donde el litro de romo te lo dan hasta fiao si tú quieres y a los niños chiquitos les celebran cuando piden más “sorbitos” de cerveza en las fiestas con un “ése se ve que va a ser un hombre como su papá!” no hay forma que nada en República Dominicana que empiece por suspender el alcohol prospere.
5. ¿Kennedy? ¿Heathrow? ¡AILA contigo, papá!
Una de las labores que más caracteriza la profesión de terrorista, es la planificación y ejecución de secuestros de aviones. Entendiendo eso, en los países desarrollados que padecen el terrorismo, la gente suele ser respetuosa de las medidas de seguridad de los aeropuertos. Pero eso es aprovechado por lo terroristas empleando cuchillitos, navajas y armitas de plástico que eluden la seguridad y luego les permite subyugar un avión lleno de pasajeros.
El que ha tenido la oportunidad de salir desde el AILA seguro ha visto una vitrina que alerta a los dominicanos de objetos que NO deben llevar a bordo, y que es actualizada semanalmente por alguna nueva diablura que se le ocurrió a alguien meter en el avión.
No hay mucho que Mohammed pueda hacer con su cuchillito de plástico frente a un grupo de pasajeros que atravesó la “seguridad” del aeropuerto con paires de sancocho, racimos de plátanos, potes de romo, taladros, cinceles, martillos, animales de granja vivos, potes de mercurio, ácido del diablo, bates de salami y baterías de carros.
4. Los coches bomba.
Una de las técnicas más comunes del pone bombismo es el empleo de coches bomba para ejecutar sus actos pone bombistas. Esto es valiéndose de la apariencia “inocente” de un vehículo mal ubicado en un sitio público, para hacerle estallar a una hora predeterminada para la cual es programada.
El problema para la técnica del coche bomba en República Dominicana es que un vehículo mal ubicado no tiene apariencia de “inocente”, sino apariencia de “20 piezas de a $1,000 peso por pieza”. Por lo que a los 5 minutos le llevaron los retrovisores, a los 15 minutos los tapabocina, a los 45 minutos está en 4 block, y a las dos horas el motor, la batería, el chasis y la misma bomba la están vendiendo en un auto repuesto en Haina.
3. Poner bombas en autobuses públicos.
Desde Tel Aviv hasta Londres, el uso de artefactos explosivos dentro de autobuses del transporte público es uno de los más comunes y repudiables actos terroristas. Suelen beneficiarse de la poca seguridad alrededor de éstos, la movilidad que ofrece el espacio que tienen autobuses grandes y de hasta dos pisos, y que en general cualquiera con un paquete puede pasar por desapercibido y sin molestar a nadie dentro de ese popular medio de transporte.
ErreDé:
En las latas de sardinas con ruedas que llamamos “transporte público” tienes que tener muy buena labia para que no te cobren doble pasaje para meter “el paquete”, gozar de un muy mal sentido del olfato para tolerar la tortura odorífica, caerle muy bien a las doñas para que no te voceen tres vainas por estar “sobándolas” mientras tratas de activar el artefacto con 13 personas arriba de ti, y tener muy buena suerte de que no se arme un lío de choferes justo cuando te estés montando y que se te vaya a pegar un tiro cuando el chofer de tu guagua se vaya a las vaqueradas con el chofer de una guagua “pirata”.
2. La puntualidad.
Para la buena planificación y ejecución de un plan terrorista, la coordinación y precisión de las diferentes etapas en las que se desarrolla el plan deben ser tan finas como un reloj suizo. Se estudia segundo a segundo las actividades de rutina de los objetivos, se definen horas exactas de ejecución, se miden con precisión los intervalos de tiempo entre acción y acción de todos y cada uno de los participantes. Un segundo de más o un segundo de menos puede significar el éxito o el total fracaso de una operación terrorista.
Cuando en todo los países pensantes al referirse a los horarios de sus actividades lo hacen indicando que “el evento es a las X horas”, en RD lo hacemos: “aquí DICE que el asunto es DIZQUE a las X horas”. Entonces para cubrir la ambigüedad del “ellos dicen dizque” que se le atribuye a toda actividad, el pobre terrorista va a tener que lidiar con el término “y pico”, medida horaria made in RD que significa algo entre 5 minutos y 4 horas “por ahí”.
“Y pico” no tiene traducción en alemán, inglés o japonés.
1. Los servicios secretos.
Parte del éxito de todo buen terrorista es mantener un perfil bajo e indetectable a los fines de no llamar la atención y que no sea ubicado.
En RD eso resulta imposible cuando una mujer frenética cualquiera te averigua en 15 minutos tu edad, el segundo nombre que no le dices a nadie, el nombre de tu papá, tu mamá, tus abuelos, el celular, la casa donde vives, última llamada, último lugar donde comiste, cómo dormiste, qué te soñaste, cómo te decían cuando chiquito, cuánto debes del carro, con qué mano te sacudes la culebrita después de ir al baño, nombre de la últimas 5 noviecitas que tuviste, si tienes fichas policiales, cuántos celulares tienes, y hasta cuántas veces te “atiendes” a la semana. Y eso que aún no tratamos los 12 servicios de “caliesaje” que hay aquí.