KeDificil en la Historia: La Batalla del Santo Cerro
La historia de la República Dominicana está llena de grandes batallas, revoluciones, héroes y luchas constantes por la libertad. Tanta lucha naturalmente da para redactar una historia muy nutrida. Y en efecto, con el pasar de los años, hoy se cuentan relatos fantásticos e increíbles vividos por nuestros antepasados, que nos llenan de orgullo y encienden nuestro patriotismo.
KeDificil entra a escudriñar sobre las más fantásticas batallas de la historia dominicana y analizaremos las conclusiones a la que luego de siglos de estudio y recolección de datos llegaron nuestros historiadores, con las esperanzas de determinar donde exactamente fue que se decidió que la vida era un relajo en este pintoresco país.
La Batalla del Santo Cerro.
No existen muchos datos concretos de la Batalla del Santo Cerro, pero se le conoce a esta como la batalla librada en el interior del país frente a una iglesia en 1495 entre los españoles y los indios alzados de Caonabo.
Por qué se levantó Caonabo? Eso nunca quedó claro, pero por lo general se le atribuye a un lío de faldas que involucró a Anacaona o algo así (como casi todo lo importante que ha ocurrido en República Dominicana).
Librada en La Vega Real, en lo que hoy se conoce como el Santo Cerro, se considera a esta como la batalla más decisiva de la ocupación y posterior colonización de las fuerzas españolas en la isla. En efecto, el resultado de esta batalla pudo haber incidido en el futuro de todo un continente. Y esto es lo que tienen para contarnos los historiadores dominicanos al respecto:
(Lo que va a leer a continuación es sacado del libro Resumen de Historia Patria por Bernardo Pichardo, que se usa en las escuelas).
“Empeñada la sangrienta lucha y desalojados los españoles del cerro por el asalto bravío de los indios, comandados por Maniocatex, hermano de Caonabo, presenciaron la “acometida tumultuosa” de que hicieron objeto los indígenas a la santa insignia de la cruz, la que quisieron destruir a flechazos y quemar sin lograrlo.”
Obviemos la redacción ridícula por un segundo… y vamos por partes:
Nunca voy a entender la obsesión de los indios de ponerle nombres a sus hijos que suenan como jarabes contra la gripe, los aztecas usaban nombres bacanos que parecían monjes robots creados con el único propósito de sacar corazones a humanos vivos algo como Xipetotech… pero los de aquí…
Es una cruz de madera, los indios en su “acometida tumultuosa” pretendían destruir una cruz de madera a flechazos… Qué era eso, una guerra o las Olimpíadas Especiales? Ciertamente el Sr. Jarabe Para La Tos allá arriba no era el más diestro de los comandantes, y sus soldados no eran exactamente lumbreras del pensamiento ilustrado, gastando recursos y armamento valioso en cuartear una cruz de madera.
Cuando los flechazos no parecieron funcionar, los espíritus del Ku Klux Klan se apoderaron de nuestros bravíos indígenas e intentaron prender la cruz en fuego, lo que al parecer tampoco funcionó, provocando el fin de la algarabía y el aburrimiento de todos, luego se marcharon a la esquina a jugar parchees chino y ponderar sobre el problema del transporte en Santo Domingo y su relación con las pirañas, y así hicieron algo más productivo con sus miserables vidas.
Siguiendo con el libro, ”Como a las nueve de la noche dicen que se observó, desde el campamento español, merced a una luz desconocida y suave, sentada en uno de los brazos de la cruz, a Nuestra Señora de las Mercedes, y, ante esa visión todos, absolutamente todos, desde el Descubridor y su hermano don Bartolomé que lo acompañaba, hasta el último soldado, postrados de rodillas, oraron con fervor.”
He pasado literalmente 2 meses pensando en qué decir acá… pero es que ni sé por donde empezar. Sentada en los brazos de la cruz con sus hombros encogidos, y meciendo sus piernas cruzadas en una linda tarde de verano…
Nuestra Señora de las Mercedes… es increíble como pueden distinguir una virgen de otra.
Y todos oraron con fervor… lo peor es que esto es Historia!
Siguiendo con la fábula: ”Al fin la batalla se empeñó con denuedo y decisión y el éxito definitivo coronó los esfuerzos de las huestes castellanas que produjeron el espanto en todas esas tribus coligadas, cuyo número, según algunos historiadores, alcanzó al de treinta mil indios, en tanto que los españoles sólo ascendían, poco más o menos al de doscientos. Amedrentados, los indios huyeron a los bosques hasta donde fueron perseguidos con perros y se sometieron a los españoles.”
Hágase a un lado Rey Leonidas, que aquí llegó Colón y su banda de hombres felices vestidos con medias pantis, que al menos no se mueren al final de la película!
Tanto bulto que hicimos cuando salió 300 y nosotros ajenos al hecho histórico de que en RD se libró una batalla aún más ápera que la pequeñez esa de Termópilas. Donde el esfuerzo de 200 provocó espanto en 30,000, que luego fueron perseguidos con perros inmortales vestidos con chalecos anti flechas…
Donde 200 tipos buscaron a 30,000 en los bosques cubiertos con su capa anti-emboscadas, y que con sus rifles que apenas disparaban 1 bala cada 45 segundos lograron someterlos a la obediencia a esos indios impertinentes.
Una batalla donde pocos se enfrentaron a muchos, donde la libertad se impuso sobre la tiranía y el misticismo…
Para los que conocían esta historia de antaño deben estar extrañados de esta versión, evidentemente censurada de la historia, quizás hasta un poco más plausible… excepto por la parte de la virgen.
Cuando los hombres eran hombres y en las escuelas le caían a palos a los estudiantes, la versión de la historia incluía a la Virgen de las Mercedes devolviéndole las flechas a los indios como si fuera un ninja. En algún momento entre los hombres usando pulseras y “los derechos de los niños” poniéndose de moda, al parecer esa parte fue conspicuamente modificada de los libros de textos, y ahora solo está la Virgen… sin la parte ninja esa. Lo que es una tristeza, porque si vas a meter semejante burrada como “texto de estudio” y “parte de la historia” lo ideal es que lo hagas lo más “hardcore” que puedas e incluyas ninjas solo porque se puede.