Guía de cómo hacer tu propia Profecía Apocalíptica para tontos
Si estás leyendo esto ahora mismo significa que no estabas en Taiwán para asistir al terremoto de 14 grados en la escala de Richter y el tsunami de olas de 150 metros de alto que nunca ocurrió… arruinando la ronda de festejos de la llegada del fin del mundo para el próximo 21 de mayo (del 2011), en lo que resulta apenas la 1,375,850ma profecía apocalíptica que muerde el polvo.
Nosotros en KeDificil disfrutamos de las predicciones apocalípticas. Son muy útiles para la purificación de la piscina genética de la humanidad, separa a los “medio-locos” de los “tiren a ese pana en el 28!” locos, nos permite un vistazo en las mentes afectadas por la común enfermedad de la vagancia, y da continuidad a la vieja tradición humana de reírse de los locos.
Por ello, en un esfuerzo de incentivar más estupideces para las risas del mundo, y en conmemoración al terremoto de 14 grados en la escala de Richter que nunca fue, KeDificil les facilita la Guía de como Hacer Tu Propia Profecía Apocalíptica para tontos.
5. Asígnate un título que denote poderes.
En todo caso, si vas a destaparte a decir estupideces en público, es muy importante que la gente pueda, al escuchar tu nombre, diferenciarte de la loca vieja evangélica que se pone a decir estupideces con un megáfono en el Parque Colón. Procura algo que denote respeto instantáneo! Algo como “Reverendo”, “Ministro”, “Gurú”, “Doctor”, “Arzobispo”, “Licenciado”, “Maestro”.
Todo profeta que ha logrado superar a las locas del Parque Colón en seguidores ha tenido un título. Por ejemplo, Joanna Southcott que profesó que según la Biblia el mundo se iba a acabar el 19 de octubre de 1814, era una “Misticista”, y Nostradamus se consideraba a si mismo un sabio iluminado. La realidad es que Joanna era una vagabunda desempleada y Nostradamus era un farmacólogo.
Por lo que, date valor y auto-desígnate un cargo con poderes para que todos te tengan un poquito más de respeto cuando te escuchen…
4. Rechazando toda lógica. Por qué medio loco, cuando puedes ser “totalmente loco”?
Ya has tomado la consciente decisión de hacer el ridículo en público. Como al final el resultado es el mismo y siempre serás “el loco del fin del mundo”, al menos aprovecha y métele creatividad. No hay nada divertido en “fenómenos naturales y enfermedades acabarán a la humanidad”, es mejor algo como “guerra termonuclear que matará 2/3 de la humanidad en 3 días!” o “Nuestros amos extraterrestres chuparán el cerebro de mujeres, niños y ancianos hasta morir!” o hacer como nuestro querido Profesor Wang y decir que un terremoto de…
No importa que nunca se haya registrado un terremoto de más de 10 grados, o que la explosión de la Tsar Bomba (la bomba nuclear más poderosa jamás detonada, obvio… inventada por los Rusos) apenas provocó un temblor de 8.35 grados que recorrió 3 veces el planeta, ni que el mismo asteroide que fulminó a los dinosaurios solo hizo un temblor estimado en 12.55 grados, ve a lo totalmente desquiciado… 14 grados en la escala de Richter! Lo suficiente como para sacar al Planeta Tierra de su órbita y matarnos a todos muertos en horas! Y dejando la fiesta de bienvenida del Mesías así…
Entonces, como tu predicción indica que el Mesías descendería a un Planeta sin atmósfera y se moriría a los 30 segundos por los gases venenosos… es bueno que al menos puedas…
3. Sacarle provecho a tu novel carrera de profeta del Apocalipsis.
De que sirve predicar la aniquilación de la humanidad para morir pobre y metiendo ácido como Nostradamus, o sentado con tu pulgar en el del culo en el medio de un desierto comiendo insectos como San Juan? No! Aprovecha tu recién adquirida fama y gózala en grande.
Muchos profetas han sabido aprovechar los efectos secundarios derivados de anunciar el fin del mundo y que el planeta esté habitado por gente bruta. Por ejemplo: Charles Russell, el fundador de los Testigos de Jehová, solía vender semillas de “Trigo Milagroso” (como quisiera estar relajando) a precios exageradamente altos con la promesa de que quien las sembrara iba a obtener un “super trigo” gigante, Montanus, uno de los primeros profetas apocalípticos se hacía acompañar por dos “profetizas”, el fundador del culto Heaven’s Gate, Marshall Applewhite, antes de hacer que todos sus seguidores se suicidaran logró armar una que otra orgía, y hasta nuestro querido Profesor chino ha logrado vender con marcado éxito una centena de refugios anti-tsunamis de 150 metros de alto metidos en las montañas por $5,500 dólares.
Por lo que… Maximiza la oportunidad, hazte un dinerito y esparce tus ñáñaras venéreas a toda mujer suficientemente bipolar como para hacerte caso, y disfruta mientras puedas. De todos modos…
2. Cuando inevitablemente tu profesía se caiga… no tendrás que preocuparte.
Los Metodistas anunciaron el advenimiento de la Bestia y el fin del mundo para 1794 y luego en 1836, Nostradamus dijo que el Rey del Terror vendría de los cielos en 1999, y luego sus seguidores dijeron que era en el 2000, los Adventistas del 7mo Día dijeron que el mundo se acabaría entre el 21 de marzo de 1843 y el 21 de marzo de 1844, los Testigos de Jehová predijeron el fin del mundo para 1914, 1915, 1918, 1920, 1925, 1941, 1975, 1994, 1999 y el 2000, mientras que por su lado John Titor aseguró que para esta época el mundo sería similar a Mad Max…
Así que cuando llegue la fecha de tu predicción y la gasolina siga cara, los happy hour sigan abiertos, Juan Hubieres siga jodiendo, y todo el mundo siga en sus tristes trabajos… ESPERA! El mundo sigue tan lleno de idiotas que no tendrás porque despedirte de tu dinero y las esclavas sexuales aún, siempre podrás decir que “algo ocurrió en la fecha, pero ocurrió en el cielo” como los Adventistas, “ese día Jesús comenzó a dominar el mundo invisiblemente” como los Testigos de Jehová, o que “nuestras almas fueron transportadas a un mejor mundo por un extraterrestre que vuela en la cola de un cometa” como Heaven’s Gate.
Pero trata de no olvidar la regla #1 de ser un profeta apocalíptico. Nunca, nunca, nunca… bajo ningún concepto…
1. Dejas que tus seguidores se queden con tu cuerpo cuando te mueras.
Al morir Joana Northcutt, la Misticista, apenas 2 meses después de haber visto su estúpida profecía caerse, sus seguidores impidieron su entierro y conservaron su cuerpo pues estaban seguros que ella resucitaría de entre los muertos… cuando el cuerpo empezó a descomponerse… finalmente decidieron entregarlo a las autoridades.