La decadencia social y los smartphones

La decadencia social y los smartphones

A medida que sigue avanzando la tecnología en las telecomunicaciones, los actos sociales entre los seres humanos se siguen tornando cada vez más complejos de entender y por igual más absurdos. Nada ha acelerado esta espiral decadente más que el advenimiento de los teléfonos móviles de última generación.

Los más conocidos el BB, el iPhone y los modelos que incorporan el sistema operativo Android se han masificado al punto que hoy en día no tener uno de estos implica una especie de harakiri social. Si usted no tiene uno de estos, y tiene un Nokiatel o alguna otra cascarita puede ser considerado un chopo. Pero esto encubre realidades, problemas y choperías inherentes a tener esos aparatos.

Hoy, KeDificil.com desenmascara algunos problemas, choperías y realidades inherentes a la posesión de los aparatos celulares de nueva generación.

El super-chateo en momentos no tan apropiados.

En el 2007, Lurita Doan jefe de la Administración General de Servicios (GSA) de Estados Unidos, testificó ante un subcomité del Congreso sobre la politización inapropiada de su institución debido a casos en que miembros del Partido Republicano de los Estados Unidos en medio de almuerzos informales, presionaban a miembros del GSA a favorecer a los candidatos republicanos para las elecciones. Cuándo se le preguntó bajo juramento qué ocurría en esos almuerzos, Doan dijo que no había puesto atención porque estaba redactando un e-mail desde su BlackBerry. (Harvard Business Review, Febrero 2008).

Así como doña Lurita, hoy miles tienen la excusa en el trabajo de “no escuché lo que decían porque estaba chateando en mi BB o iPhone” o “pérate, dime ahora”. Chatear en el aparato infernal en horas del trabajo se ha convertido en “el perro se comió mi tarea” del mundo de los negocios. Uno pensaría que quizás por respeto al lugar de trabajo, la gente se contendría de vivir metida en un superchateo canalla en el celular… pero no.

El año pasado varios Estados dentro de los Estados Unidos promovieron legislaciones locales a los fines de prohibir el chateo por celulares mientras se maneja. Uno pensaría que quizás es sentido común poner en la conversación un “te digo ahora…” mientras se maneja, pero no. El chateo en “smartphones” mientras se conduce se ha convertido en una crisis de seguridad vial tan grave como el no uso de los cinturones de seguridad, lo que ha llevado a que policías de tránsito tengan que monitorear si usted está pendiente de no llevarse a un peatón por estar chateando en el BB.

Celular de última generación + Facebook o Twitter = DESASTRE!

Todo el mundo sueña con ser una superestrella, tener miles de seguidores, ser querido o admirado por muchos y ser importante. Una característica que usualmente diferencia a la gente normal de las estrellas o personas importantes, es que a estos últimos cada movimiento, declaración o suceso banal de sus vidas se le escudriña y se publica por todo el mundo en todo medio que sea posible.

OJO! A ellos SE lo publican… lo que dista del cielo a la tierra con “ellos LO publican”.

Lo que antes se hacía cada vez que se tenía una computadora de frente, ahora se hace cada vez que se tiene un celular en la mano… o sea siempre.

¿A quien carajos le interesa saber lo que ocurre en la vida de una tipa o un tipo que trabaja de 8 a 5 en una oficina por 20 mil pesos, o que está en la universidad estudiando, o está en la calle cogiendo lucha? A NADIE LE INTERESA TU ABURRIDA VIDA, así que deja de gastar ancho de banda del Internet contando la última peripecia de tu gato o bebé, el trago que te bebes, el lugar donde estás, el momento que te duermes, o el hedor de tus desechos. A NADIE LE IMPORTA.

Mejor dedica tu tiempo en algo productivo para que alguien distint@ a ti mism@ escriba de lo que haces.

La capicúa.

La mayoría de los celulares de nueva generación vienen con una aplicación de GPS que detalla la ubicación exacta del celular y permite a otros celulares conocer dicha ubicación, lo que es útil para caso de pérdidas, robos o incluso saber la dirección de algún lugar donde se desea ir. Pero esto tiene su lado oscuro:

* “Mi amor, le activé el GPS a mi celular, ven préstame tu BB para ponérselo al tuyo.”

CAPICUA... 25 PUNTOS!

Si dices “sí”, sabes que te van a ubicar donde quieras que te metas. Desde un coro de bebidas underground en algún bar nuevo de mala muerte, o en un motel. No podrías siquiera esquivarlo apagando el celular porque si no apareces en el GPS entonces hay una “sospecha”.

Si dices “no”, entonces naturalmente van a sospechar de ti aunque seas un tipo que viva metido en la Iglesia y no mates ni una mosca. Porque “solo puedes decir no si tienes algo que ocultar”. Y tú… que ocultas?.

Los celulares de nueva generación han creado una nueva trampa femenina similar a “¿este vestido me hace ver gorda?” o “mira que bebé tan lindo, ¿a ti no te gustaría tener tu propio chichí?” o “No tienes porque regalarme nada el día de mi cumpleaños”, o “¿Que día es hoy?”.

Las reuniones sociales.

Quizás la más afectada por los “smartphones” de todas las actividades humanas son sin dudas las reuniones sociales.

Puedes estar reunido con 4 amigos, compartiendo unas cervezas y contando anécdotas, y mientras estás emocionado contando aquella emocionante historia que tanto te gusta, de repente notas el silencio sepulcral de tus 4 amigos cabizbajos jodiendo en los celulares, sin prestar atención a absolutamente nada de lo que estas diciendo.

En una ocasión tuve la curiosa oportunidad de ver en una reunión de más de 20 personas, a absolutamente todas sentadas, con la cabeza abajo, puyando los botoncitos de sus celulares. De más está decir que me levanté y me despedí.

Enserio, si tan amena y divertida es la conversación con la persona que está al otro lado del aparato, mejor váyase a estar con esa persona en vez de estar haciéndole perder tiempo a uno hablando con una pared.

Pero como si esto no fuera poco, las fotos. No ha sido suficiente que las cámaras digitales las vendan baratísimas, ahora con la suma de las cámaras en los celulares y el Internet, tomar foto en todo segundo para subirla al Facebook se ha tornado en una especie de enfermedad mental.

Todo el mundo tiene que suspender la conversación que lleva o el trago que se está bebiendo, porque a alguien en medio de una reunión casual se le pegó con tirar fotos para subirlas al Facebook. Lo que no sería un problema si no fuera porque le da con hacerlo 437 veces durante la noche.

Y ni hablar del “delatador instantáneo” que esto significa. -“¿Dónde está fulano que no responde al celular?”… -“Fulana has uploaded a new Picture”… “¿Y qué hace fulano en esta foto?!?”.

Las relaciones.

Una chica consternada por su relación una vez se me acercó y me dijo: “No sé que voy a hacer con Carlos (nombre inventado por asuntos de privacidad).” Y yo le pregunté: “¿Porque? ¿Que pasó?”, a lo que ella respondió: “Ayer salimos, y me puse un vestido que me queda perfecto. Y Carlos no me dijo absolutamente nada, solo atinó a mandarme un mensajito diciéndome ‘Estas linda esta noche’, lo quería matar.” Yo sólo pude reírme.

Hay tantas cosas malas en esa imagen que ni siquiera sé por donde empezar. Si usted es incapaz de dirigirse a una persona del otro sexo de otra forma que no sea texteándole un mensaje por su smartphone, usted necesita ayuda psicológica urgente.

Y en efecto hay muchos casos de parejas que pueden estar sentadas en lados contrarios de una pequeña mesa de restaurant y para hablar se dedican a hacerlo directamente por sus aparatos infernales. Al igual de cómo muchos son los casos de personas que reúnen en un sitio público a chatear entre ellos mismos.

Por igual no es de extrañar a nadie que hoy en día una buena parte del cortejo, incluso cuando se está a un brazo de distancia de cortejado, se está realizando por vía de mensajitos desde el BB o el iPhone.

Conclusiones.

Si bien es innegable el enorme aporte tecnológico y de la información que han significado los smartphones, su desvirtúe de ser celulares exclusivamente para ejecutivos que manejan negocios multimillonarios que requieren supervisión continua, a ser celulares que usa cualquier mequetrefe de la plebe, ha empezado a tener repercusiones sociales importantes y por igual impredecibles.

Día a día las compañías de software y las compañías de teléfonos desarrollan nuevas aplicaciones y aparatos para alimentar a un público necesitado de atención y con problemas sociales. Hasta donde llegará esto, y hacia dónde va a parar la vida como la conocemos… es en efecto, un misterio… lo que sí es que siempre que creemos que las cosas no pueden ser peores… viene Apple y saca un iPad.

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